El porcelanato y los cerámicos son dos términos que se utilizan indistintamente y se suele pensar que son lo mismo. Esto puede llevar a confusiones y decisiones erróneas al momento de construir. Cuando se trata de seleccionar el revestimiento adecuado para su hogar o proyecto de construcción, es crucial entender las diferencias entre materiales similares pero distintos.
Ambos materiales son revestimientos versátiles que se suelen utilizar para pisos y paredes debido a su apariencia atractiva y la durabilidad. Sin embargo, a pesar de sus similitudes, existen diferencias significativas que afectan su rendimiento y aplicaciones.
En este post te comentamos las características principales de estos materiales para que puedas tomar la decisión que mejor se adapte a tus necesidades.
Entender en qué se diferencian el porcelanato y los cerámicos te ayudará a seleccionar el revestimiento adecuado para tu proyecto, además de garantizar que la instalación y el mantenimiento sean los correctos para asegurar que perdure por muchos años.
Una de las diferencias fundamentales entre ambos materiales es su composición y cómo se fabrican.
El porcelanato es el resultado de mezclar varias arcillas finas y otros minerales, prensarlo, y cocinarlo a temperaturas extremadamente altas. Este proceso de cocción a alta temperatura da como resultado un material mucho más denso y resistente que los cerámicos tradicionales.
Los cerámicos, por su lado, son la mezcla de arcillas más gruesas y minerales, prensadas, pero que se cocinan a temperaturas menores. Esto produce un material menos denso y más poroso en comparación con el porcelanato y por lo tanto más frágil por ello no se recomienda para pisos de alto tránsito.
Al tener composiciones distintas, ambos materiales tienen una absorción del agua diferente, lo cual es importante considerar dependiendo el tipo de proyecto que se quiera realizar.
El porcelanato, al ser menos poroso, absorbe menor cantidad de agua. En general, absorbe un 0.5%, lo cual significa que es altamente resistente a la humedad y es un material ideal para zonas que tienen alta exposición a la humedad y los líquidos, como el baño o la cocina.
Los cerámicos, por su parte, tienen una absorción del agua más alta que suele estar entre el 3% y 7%. Este material sigue siendo adecuado y muy resistente para muchas áreas del hogar, pero hay que considerar que no sean las zonas que están constantemente expuestas a la humedad y el agua.
El porcelanato, gracias a su proceso de fabricación y baja absorción de agua, es notablemente más resistente y duradero que los cerámicos. Es menos propenso a la abrasión, al desgaste y a las manchas, lo que lo convierte en una opción ideal para espacios de alto tránsito.
Los cerámicos, aunque son resistentes, pueden ser más susceptibles al desgaste y a las manchas debido a su mayor porosidad. Esto significa que pueden requerir un mantenimiento más frecuente y cuidadoso.
Si tenés en mente un nuevo proyecto de construcción y no sabés qué material elegir, es importante tener en cuenta algunos factores. Principalmente, cuáles son las necesidades del proyecto en cuanto a funcionalidad y estilo: en qué zona de la casa estará, si será un revestimiento de pared o piso, si tendrá constante tráfico, etc.
Otro factor importante es considerar la exposición a la humedad y el agua. Si es un área en constante contacto con agua, el porcelanato será la opción más adecuada por su alta resistencia y durabilidad.
Por último, es preciso pensar en el presupuesto. Ambos materiales son resistentes, vienen en amplia variedad de estilos y colores, y tienen gran durabilidad. El porcelanato es una opción que suele ser un poco más costosa. Los cerámicos son más accesibles, y solo deberás preocuparte por su mantenimiento en el futuro para que perduren.
Tanto el porcelanato como los cerámicos son opciones viables para revestimientos, cada una con sus propias ventajas y consideraciones. Al comprender las diferencias clave entre el porcelanato y los cerámicos, estás en una posición mucho más sólida para tomar decisiones informadas, que mejoren la funcionalidad y el atractivo estético de tu espacio.
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